Artículo Ni un paso atrás, de Luis José Ávila. Revista Hulla. Asturias 1969

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22 abril, 2017


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  • AHM

    22 abril, 2017 a las 7:51 am Responder

    Texto del artículo aparecido en la página número 5 del Nº 1 de la revista Hulla, publicada por la empresa Hunosa en Septiembre de 1969.

    Ni un paso atrás, por Luis José Ávila

    El carbón asturiano continua siendo necesario para España

    Mucho se ha hablado a to largo de la historia de España en este siglo sobre la minería asturiana. A ésta le pasa un poco lo que a la propia provincia como ente geográfico. Ni los propios asturianos la conocen bien. Las más de las veces nuestra minería del carbón, sus gentes, su mundo laboral y social, ha sido falseado y falseado, por inconsciencia unas, por precipitación otras, por falta de comprensión también, o bien con plena conciencia, porque sabido es que allí donde la tierra es rica y el hombre se entrega a la dura tarea de vencerla para aprovechamiento de sus riquezas siempre hay envidias que acechan.
    Después del gran periodo de oro del carbón as­turiano, en cuanto a producción y venta de este com­bustible, y en el que los mineros, a pesar del auge de las minas no gozaban entonces con tantos beneficios ni seguridades sociales, quizás por falta de una legis­lación o por falta de una visión de aquellos empresarios, después, si, de ese gran periodo de la mine­ría asturiana, hace años ya comenzó un lento proceso de declive del carbón como combustible que se ha englobado en una palabra que para muchos produce inquietud: Reestructuración. Efectivamente, el sector minero comentó una lenta reestructuración, la cual ha pasado por varias fases hasta desembocar en esta empresa nacional que es Hulleras del Norte, S. A., única fórmula de conseguir salvar, en estos momentos de desarrollo económico del pass, el sector. Cierto que, hoy, Hunosa cuenta con un cierre de balance que para muchos puede resultar desalentador. Pero si son, hoy, mil millones de pesetas lo que cuesta mantener la hu­lla asturiana, pensemos que nosotros pagamos 12.000 millones de pesetas anuales por compra de petróleo a Arabia Saudita, por ejemplo. Quiero decir, que un país debe defender “a capa y espada” sus fuentes energéticas propias, aunque éstas, en un momento dado, no sean de una vital importancia. Pero pueden serlo. Y no me equivoco al asegurar que la única fuente energética importante que tiene España es, precisamente, el carbón de Asturias, potenciado, de siempre, por un elemento minero único, cantado en muchas ocasiones y cuya eficacia laboral ha sido reconocida siem­pre con orgullo. Hablo de vosotros, mineros.
    Puede que los poetas, a veces, no os hayan hecho justicia y vuestro mundo lo hayan pintado demasiado negro. Pero si en verdad Asturias tiene su futuro en el año 2.000, como dice un slogan que corre de boca en boca por la provincia, no cabe duda que Asturias deberá ese desarrollo económico y social que hemos empezado a conseguir, a vosotros y a hombres, como vosotros. ¡Cuanto nervio y empuje, valor y coraje, sudor y constancia, han puesto generación tras generación, de Aller o Mieres, Langreo o Turón!. Si de verdad empieza a existir una Asturias nueva, con una concepción distinta del empresariado, con un prisma so­cial distinto, de acuerdo con este mundo moderno, que tan rápido evoluciona, y en el que, deseémoslo o no, estamos involucrados, si esto es verdad, es que ha habido hombres que con un tesonero trabajo y un acusado espíritu de desarrollo regionalista lo hacen po­sible.
    Bien sé que en España no se conoce en su au­téntica dimensión al minero asturiano. Siempre suena lo malo. Pero el carbón asturiano, que cuesta bastantes vidas al año, nunca le ha faltado a España. Ni en los momentos más difíciles. Viejos minero, me han hablado muchas veces de aquellos tiempos. Un viejo siempre habla con cariño de aquellos tiempos. Pero eran los tiempos difíciles. De cuando el turno no tenía limite, y lo mismo se podía dormir en el tajo, porque el esfuerzo era grande y la demanda de carbón que el país nos hacia era más grande aún. Cuando la única defensa contra el “costero” era una boina, y la manera de no mojarse los pies era picar con madreñas.
    Gracias a gestas anónimas, a esfuerzo gigantesco que abarca a más de dos y de tres generaciones, el carbón asturiano ha estado siempre presente en el des­arrollo Industrial español. Dura es la mina, si. Pero amigos, todavía no sé de un asturiano que haya dado un paso atrás.

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