Descarbonización. El Fin de una era. Desmantelamiento de la Central Térmica de Velilla del río Carrión

Fruto de la colaboración del Archivo Historico Minero y el Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León, y después de 3 años de trabajo en el desmantelamiento de varias centrales térmicas, tengo el gusto de presentaros el primer volumen sobre la de Velilla del Río Carrion, Prologado por el historiador Fernando Cuevas Ruiz. Encuadernación en tapa blanda con solapas. 112 páginas.

DESCARBONIZACIÓN. El fin de una era. Varios miles de fotos, disparadas en estos años, resumidas en un centenar.

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Evolución histórica

Con la entrada en funcionamiento en 1964 de la central térmica en Velilla del Río Carrión se inicia uno de los periodos más florecientes para la comarca del Alto Carrión, que culmina con su cierre en julio de 2020 y la demolición de los silos de cenizas y la torre de refrigeración en octubre de 2021. En sus 56 años de actividad se sucedieron una serie de cambios empresariales, mejoras y ampliaciones, que fueron determinando el desarrollo económico y la vida diaria de los trabajadores y sus familias. La central térmica, la fábrica de explosivos y las minas de carbón fueron los principales motores del auge económico de la zona.
Solo desde el análisis de las actuaciones de las empresas que movieron estos tres sectores es posible descifrar el desarrollo y posterior declive del Alto Carrión. Durante muchos años el ritmo económico, social y demográfico de todos los habitantes de la zona estuvo ligado a la prosperidad de sus fábricas.

Los precedentes. El proyecto para una central térmica en el Alto Carrión

Los problemas de abastecimiento energético, que en la España de la posguerra fueron continuos, llevaron al régimen, ante la imposibilidad de importar petróleo y sus derivados, a buscar la solución en la electricidad producida en los saltos de agua. Pero por sí sola esta fuente energética no aseguraba el suministro en años secos o en momentos de mucha demanda, por lo que las centrales térmicas de ciclo convencional surgieron como complemento. La primera de estas instalaciones a bocamina, ya que se buscaba la proximidad a las cuencas carboníferas, la construyó la empresa estatal Endesa en Ponferrada y fue inaugurada por Franco el 28 de julio de 1949 con el nombre de Compostilla.
Diecisiete meses después, el 12 de enero de 1951 se regula esta nueva política, al publicarse el decreto de ordenación de energía eléctrica por centrales a bocamina. Otro emplazamiento interesante para este tipo de centrales se podía encontrar en la zona del Alto Carrión, donde se situaban importantes yacimientos carboneros y se tenía acceso a suministro de agua abundante. Con la construcción de esta central se conseguiría aumentar la producción eléctrica y asegurar el futuro de la minería palentina, que debido a la pérdida de mercados y al elevado coste de la mano de obra, no se encontraba en buenos momentos.
En octubre de 1955 se convoca a los principales empresarios del sector carbonero de la zona para informarles de que están próximas a iniciarse las obras para la construcción de una central. La notificación oficial se produce el 10 de junio de 1957 cuando el consejo de ministros autoriza la construcción de la central térmica de Velilla. Para su explotación, dos empresas punteras del sector, como son Iberduero y Electra de Viesgo constituyen Terminor con una participación al 50 %, que será
la encargada de su construcción y explotación.

 

15 julio, 2024

Litio, la fiebre del oro blanco

La irrupción de los coches eléctricos ha convertido la búsqueda de litio en una carrera contrarreloj. Ya es fundamental para las baterías de los móviles, pero sus usos aumentan. Por eso es uno de los recursos naturales más cotizados y menos explotados. Hasta ahora. Por David López

 

Ha sido bautizado como el ‘oro blanco’. Ensalzado por el banco de inversiones Goldman Sachs como «la nueva gasolina». Etiquetado por la prensa económica como «la materia prima más caliente en el radar de los inversores».

Desde el Deutsche Bank anuncian la llegada de una nueva ‘era’: la suya. Y se apuesta ya a que puede convertirse en la llave, en el elemento clave, de ‘la revolución verde’ del almacenamiento de energía.

Vista de las piscinas de evaporacion de salmuera de la planta de litio en Llipi.

 

Pero nada de todo eso podía siquiera imaginarlo el joven químico sueco Johann Arfvedson -hijo de una próspera familia burguesa de comerciantes- cuando hace justo 200 años, en 1817, navegó desde Estocolmo a la vecina islita de Utö, famosa por sus minas de hierro, las más antiguas del país. De allí se llevó un pedazo de petalita, el mineral que después analizó en el laboratorio que le prestaba su maestro Jöns Jacob Berzelius. Y allí descubrió un nuevo metal ligero, «un componente alcalino», como lo describieron en sus diarios de trabajo, al que definieron como lithio, ‘piedra’ en griego, y que desde entonces pasó a la historia en la tabla periódica convertido en lithium, un metal blando, de color plata en su forma pura, que convertido en carbonato de litio, en polvo blanco, es un perfecto conductor, almacenador y transmisor de energía. El ingrediente fundamental de las baterías de los aparatos electrónicos hoy. El responsable de la larga o escasa vida de nuestros teléfonos móviles. Si se lo hubieran dicho a Arfvedson, le hubiese sonado a ciencia ficción.

Trabajadores cargando sacos de borax, otro elemento que abunda en la superficie del Salar de Uyuni. El borax es usado en la elaboración de detergente entre otros.

 

Fiebre desatada

El litio es abundante en la naturaleza. Pero su extracción, hasta ahora, no se había convertido en una carrera contrarreloj. El mundo no necesitaba tanto litio para sus gadgets. El culpable de que se haya disparado la fiebre del oro blanco es el empresario y visionario sudafricano Elon Musk. Su compañía de coches eléctricos Tesla ha probado que una automoción independiente de los combustibles fósiles es posible. Que hay vida más allá del petróleo y que es real ya.

Hasta ahora se utilizaba el litio para numerosos fines: baterías recargables, esmaltes para cerámicas, para fabricar aluminio, para el vidrio. Incluso las sales de litio se usan como fármacos para tratar enfermedades mentales como el trastorno bipolar. Pero no se había recurrido a él como esa gran fuente de energía, a pesar de que ya en los años setenta, tras la primera gran crisis del precio del petróleo, la empresa estadounidense Exxon invirtiese en la investigación de baterías de iones de litio como alternativa. Los precios del crudo se estabilizaron y su desarrollo se frenó.

Planta experimental de carbonato de litio en la planta de Llipi. Entre el 50% y el 70% del litio del planeta esta concentrado bajo la superficie del salar boliviano.

 

La producción mundial es de 40.000 toneladas al año. La demanda es ya de 180.000. Y llegará pronto a 500.000

Hoy, el coche eléctrico es una realidad. Y no solo Tesla lo impulsa. China planea contar con cinco millones de estos vehículos en 2020 y países como Austria, Holanda, Noruega o la India prevén prohibir a medio plazo las ventas de los coches tradicionales. A partir de ahí, las baterías de litio podrían extenderse también a otros usos, como las viviendas. Poseer litio será una necesidad. Comerciar con él es ya un gran negocio. Pero primero es necesario extraerlo de la tierra.

La producción mundial de litio apenas supera hoy las 40.000 toneladas, a pesar de que el sector ya demanda más de 180.000 al año y las previsiones apuntan a que oscilarán entre las 500.000 y las 800.000 en 2025. De ahí que en 2015, cuando se desató oficialmente la carrera del litio, se duplicase. Australia, con 14.300 toneladas, es el principal productor, seguido por Chile, con 12.000, y Argentina, con 5700. El triángulo de países que forman en Latinoamérica Chile, Argentina y Bolivia se conoce ya en el sector como ‘la Arabia Saudí del litio’, porque allí se concentran tres cuartas partes de sus reservas mundiales, aunque su extracción, salvo en Chile, apenas ha comenzado.

Planta piloto de baterias de litio en la ciudad de Potosi.

 

España, en el banquillo

También a Europa ha llegado esta fiebre. Nuestro continente consume una cuarta parte del litio mundial, pero apenas produce un dos por ciento. Hoy existen prospecciones en marcha en países como Portugal, la República Checa y Alemania, donde se han encontrado ya grandes reservas. España, de momento, vive al margen de la carrera, en el banquillo. Según los últimos datos del Instituto Geológico y Minero, de 2014, no hay producción de litio ni un inventario de su posible existencia. Solo se sabe que hay ambligonita y lepidolita, dos minerales que poseen litio, en las provincias de Salamanca, Cáceres, Badajoz y Pontevedra.

Carrera no, maratón

Pero esta no es una carrera como aquella cinematográfica fiebre del oro americana de bateadores con el agua hasta las rodillas buscando pepitas doradas. Es una maratón para grandes competidores. La producción de litio es lenta, requiere años extraer el metal de las piedras y aún más el polvo blanco de las salinas, como en el chileno desierto de Atacama. Y necesita sobre todo inversiones millonarias. El resultado es que hoy existe un oligopolio del litio dominado por cinco grandes productores que controlan casi el 90 por ciento del negocio: la chilena SQM, las norteamericanas FMC Corp y Albemarle, la australiana Talison y la China Tianqi Lithium.

Salar de Uyuni, el desierto de sal mas grande del mundo. Bolivia.

 

Cinco grandes productores controlan casi el 90 por ciento del negocio en el mundo

Cinco gigantes que pueden condicionar un mercado no exento de riesgos. Porque, aunque el litio es abundante, tienen capacidad sobre los precios. E incluso existe la posibilidad de que pudiesen morir de éxito. de que llegue a haber tanto litio que no sea necesario porque la investigación continúa avanzando y las baterías pueden mejorar e incluso llegar a no necesitarlo. El propio Musk ha repetido ya varias veces que no le preocupa este panorama, que habrá y conseguirá el litio que necesita porque su presencia, dice, es mínima en sus baterías. «Es solo la sal que se añade a una ensalada», lo define él. Mucho menos grandilocuente y atractivo, claro, que llamarlo ‘oro blanco’. Y sobre todo mucho más útil si se quiere ahuyentar a los grandes inversores y especuladores para que su precio no continúe duplicándose. Como si aún fuese solamente aquel polvo blanco que el joven Johann Arfvedson logró aislar tras pasear por Utö.

EL LITIO EN EUROPA

Alemania y la Républica Checa

Zinnwald, al sur de Dresde, antigua mina de zinc, se ha convertido en el epicentro de la extracción de litio en Alemania. El otro país europeo con más potencial para la producción de litio es la República Checa. Un sondeo geológico realizado el año pasado confirmó que en Cínovec, al norte del país, hay casi 1,5 millones de toneladas.

Silos de conservacion y almacenaje de compuestos en la planta de litio del salar de Uyuni.

 

LA ‘OPEP’ DEL LITIO

América latina: Chile, Argentina y Bolivia forman el ‘triángulo del litio’. Sólo Chile lo explota abiertamente. En Argentina empieza a liberarse el sector. Bolivia no permite la explotación a extranjeros.

Australia: Se extrae allí desde hace 25 años. Posee unas reservas de solo dos millones de toneladas, pero es uno de los principales productores. Sus empresas hacen prospecciones por todo el mundo.

China: Posee reservas de siete millones de toneladas, aunque aún no las explota. Su producción anual es de solo 2000 toneladas e importa de Australia la mayoría de lo que consume. Es el mayor consumidor del mundo de litio.

Instituto Geológico y Minero de España.

Litio, la fiebre del oro blanco

 

 

14 mayo, 2021

Aquí antes había un bosque, ahora parece Marte. Minas ilegales de estaño en Indonesia

En este lugar desolado comienza la fabricación de su móvil. De la isla de Bangka (Indonesia) sale un cuarto del estaño que circula por el mundo. La demanda de este metal, clave para la revolución tecnológica, ha devastado una región paradisiaca donde 300.000 mineros ilegales buscan ese filón que les permita subsistir.

 

 

Una historia de 300 años

Casiterita, del griego kassíteros. Así se llama la forma mineral del óxido de estaño, cuya mayor reserva mundial es la isla de Bangka. Comenzó a explotarse hace más de 300 años, pero fue hace dos décadas, con la popularización de los móviles, cuando la demanda se disparó. Hoy, tres cuartas partes de esta isla que inspiró a Joseph Conrad el escenario de su novela Lord Jim han sido ‘lavadas’ en busca del preciado metal.

 

El estaño hecho carroña

El grueso del negocio está en manos de la estatal PT Timah, pero miles de personas practican la minería ilegal. Cuando la compañía da por agotado un yacimiento y retira sus excavadoras, los mineros artesanales se lanzan a por los restos de casiterita que puedan quedar. La mayoría llega desde alguna de las otras 17.507 islas del archipiélago indonesio para, con picos y palas, rascar los pozos sin descanso.

 

‘Mad Max’ del subdesarollo

La isla está salpicada de lagos artificiales como este. Los crean los propios mineros porque el agua es clave para extraer de los sedimentos este mineral de granos diminutos y dispersos. Con mangueras dragan arena y grava a la superficie, donde separan el mineral. Desde sus precarias balsas, al estilo de una secuela pobre de Mad Max, pueden llegar a obtener unos 17 kilos de estaño al día para ganar 90 euros en una región donde casi la mitad de la población vive con unos 2 euros diarios.

 

Morir en un pozo

El peligro de deslizamientos es constante y las muertes de mineros, habituales. Indonesia, segundo productor después de China, extrae 70.000 toneladas al año. Al margen de las tecnológicas, el estaño es clave en la industria conservera y se usa para fabricar dentífricos, jabones, perfumes, aditivos y colorantes, plásticos, envases, cañerías, plaguicidas, pinturas, repelentes… Su reciclaje posterior es clave: por cada tonelada reutilizada se evita la emisión de 2,15 toneladas de CO2 a la atmósfera

 

Desastre en tierra y mar

La vegetación que cubría esta isla formada en el Triásico está siendo arrasada por la minería. El desastre también se extiende al mar, donde los buscadores remueven el fondo a la caza de mineral. El azul turquesa de sus aguas es hoy un pestilente marrón. Los corales mueren por la acumulación de cieno, los peces se alejan y los pescadores se suman a la legión de mineros. Y la cosa va para largo: el subsuelo de Bangka aún contiene más de un millón de toneladas de estaño.

 

La responsabilidad del comprador

La jornada termina al atardecer, tamizando arena y grava para ver cuánta pasta de casiterita han conseguido recoger. De su pureza depende el precio por gramo que les pagan por su mineral ilegal. El estaño acaba en las fundiciones que lo exportan eludiendo la trazabilidad sobre su origen. A diferencia del estaño africano, considerado mineral de conflicto, las empresas que compran a Indonesia no están obligadas a conocer su origen.

Aquí antes había un bosque, ahora parece Marte: ¿cómo ha ocurrido?

14 abril, 2021

Estos 17 elementos de la tabla periódica construyen el mundo

Son 17 elementos de la tabla periódica: gadolino, itrio, escandio… muy apreciados por sus increíbles virtudes magnéticas, conductoras y luminiscentes.

 

Los 17 elementos de la tabla periódica que construyen el mundo

1. Sc. Número atómico 21. EASCANDIO. Lo utilizan los aviones y también la industria armamentística.
Y. Número atómico 39.

2. ITRIO. Las bombillas de bajo consumo de casa llevan este componente. También las motocicletas.
LA. Número atómico 57.

3. LANTANO. Se usa para la construcción de teléfonos móviles y las lentes de las cámaras.

 

4. Ce. Número atómico 58. CERIO. Los cristales de precisión son tallados con cerio. También lo utilizan las refinerías del petróleo.

5. PR. Número atómico 59. PRASEODIMIO. Es un componente de la fibra óptica. También se utiliza en la construcción de aeronaves y pantallas de televisión.

6. ND. Número atómico 60. NEODIMIO. Lo llevan los discos duros de los ordenadores, también los motores de los coches eléctricos.

 

7. PM. Número atómico 61. PROMETIO. Fundamental para la industria nuclear y para el suministro de electricidad a sondas espaciales y satélites.

8. SM. Número atómico 62. SAMARIO. Se usa en la fabricación de cerámicas, vidrios absorbentes de rayos infrarrojos y en las centrales atómicas.

9. EU. Número atómico 63. EUROPIO. Se necesita para construir algunos tipos de láser y las pantallas de televisión y de los ordendores.

 

10. GD. Número atómico 64. GADOLINIO. Lo esconde tu microondas, los sistemas de audio profesionales, y los reactores nucleares.

11. TB. Número atómico 65. TERBIO. Se usa para construir aparatos electrónicos y activa la producción del color verde en las pantallas en color.

12. DY. Número atómico 66. DISPROSIO. Puede ser usado como láser y lo llevan los discos duros del ordenador.

 

13. HO. Número atómico 67. HOLMIO. Es el menos empleado de la tabla. Se usa en la fabricación de algunos dispositivos electrónicos.

14. ER. Número atómico 68. ERBIO. Los ingenieros lo utilizan como filtro fotográfico, como amplificador de fibra óptica.

15. TM. Número atómico 69. TULIO. Se incluye en aparatos microondas. Se cree que podría ser una nueva fuente de energía.

 

16. YB. Número atómico 70. ITERBIO. Este material, combinado con el aluminio, se usa para la fabricación de fibra óptica.

17 LU. Número atómico 71. LUTECIO. Puede encontrarse en televisores en color, cristales y bombillas led.

 

Estos 17 elementos de la tabla periódica construyen el mundo

14 marzo, 2021

Mineros del Coltan. Los verdaderos esclavos del móvil

El coltán, mineral indispensable para la fabricación de los móviles, está manchado de sangre…

Donde los móviles matan

En Europa, un consumidor no puede saber si su móvil está “limpio de conflicto”. El Parlamento Europeo votó un reglamento tildado de «insuficiente» por las ONG presentes en el Congo. Entre ellas, la española Alboan (alboan.org), que  ha lanzado algunas campañas para concienciar sobre esta realidad a los usuarios de estos dispositivos.

Excavar en la ignorancia

En el Congo, más de dos millones de personas, como estos adolescentes que inician su jornada en Rubaya, se dedican a la minería artesanal. Muchos no saben ni para qué sirve el coltán. Del mismo modo, la mayoría de usuarios de móviles en el mundo desconocen que estos usan coltán y que alimentan conflictos como el del Congo, donde casi seis millones de personas han muerto en las dos últimas décadas.

Contrabando sin control

Los mineros cargan el coltán ladera abajo hasta la localidad de Rubaya. Allí se pesa e identifica cada saco y se envía a Goma, capital de Kivu Norte. Desde su aeropuerto despegan a diario decenas de aviones sin matrícula hacia Ruanda ante las narices del personal de la ONU, que tiene desplegados en el Congo -uno de los países más corruptos del planeta- a más de 20.000 militares, su mayor misión de paz en todo el mundo.

Minerales libres de conflicto

Las organizaciones que denuncian el comercio de coltán «manchado de sangre» recibieron un espaldarazo en 2010. Ese año, Estados Unidos aprobó la Ley Dodd-Frank, que obliga a las empresas que operen en ese país a garantizar que ninguno de sus componentes proviene de minas que no hayan sido certificadas como “limpias”. La norma fue un duro golpe para la minería congoleña, pero empujó al Gobierno de Kinshasa a revisar el sector.

El horror de los que se quedan en casa

Por el día, en el campo de desplazados solo quedan mujeres y chiquillos. Los varones raspan la montaña, mientras sus familias quedan expuestas en un país donde más de 100.000 mujeres son violadas anualmente y las atrocidades contra la infancia son una plaga. «He visto bebés de menos de un año violados de un modo que no puedo describir», asegura Desiré Munyali, cirujano y forense congoleño.

Hormigueros para una guerra

Rubaya: la mayor mina de coltán del planeta. Cada día, 5000 mineros excavan este hormiguero al este del Congo, en una región que el Gobierno disputa a 26 grupos armados y que alberga el 80 por ciento de las reservas mundiales de coltán. Los rebeldes usan las canteras bajo su control para financiarse. Sin el coltán -creen los analistas- el conflicto que desangra el país desde 1994 hace años que habría perdido intensidad.

 

Huir de una guerra que ‘no existe’

Según Médicos sin Fronteras, más de diez años después del final oficial de la guerra, en el Congo hay casi 3 millones de desplazados. Solo en la provincia a la que pertenece Rubaya hay 14 campamentos como este. Desde 2003 ha habido dos elecciones presidenciales, pero la violencia es ya un modus vivendi para miles de personas. En gran medida, debido al coltán.

Donde los niños cavan sus propias tumbas

Son las 17:30 horas y un joven sale de una galería con su ‘cosecha’ de coltán. Lleva bajo tierra desde las 6:00. La mitad de los mineros son menores -los hay de 8 años-, que excavan las estrechas galerías donde el gas carbónico se impone al oxígeno a 50 metros de profundidad. Las muertes por asfixia o aplastamiento son parte de la rutina. También las jornadas de 14 horas, 7 días por semana, para ganar 2 dólares diarios en una mina que produce 20 toneladas por semana. Es decir: 8 millones de dólares en el mercado.

Cómo limpiar su coltán

Los rebeldes controlan minas, pero también las rutas de contrabando hacia Ruanda. Desde allí el mineral se envía a fundiciones en Asia, donde se refina, se mezcla con el de otros países y se vende a las empresas tecnológicas. Así, este es el punto clave para rastrear el origen limpio del coltán. Iniciativas como el Conflict-Free Smelter Program [Programa de Fundiciones Libres de Conflicto] ayudan a las compañías que lo deseen a certificar la limpieza de su cadena de suministro.

Y todo por un poco de polvo…

El coltán es una mezcla de dos minerales: columbita y tantalita, de los cuales deriva su nombre. Su alta conductividad y su resistencia al calor y la corrosión lo han convertido en un material imprescindible para fabricantes de móviles, tabletas, televisores, GPS, cámaras fotográficas, aviones, drones, cohetes espaciales, reactores nucleares, satélites…

Al menos casi todo el que sale del este del Congo (RDC), su gran reserva mundial. Allí, la mitad de los mineros son niños explotados por grupos armados que se financian con el contrabando de este material.

Las fotos corresponden al reportaje fotográfico realizadas por Iván Benítez para ALBOAN en el Congo (RDC) en 2014.

https://www.xlsemanal.com/actualidad/20180203/mineros-del-coltan-esclavitud-los-verdaderos-esclavos-del-movil.html#imagen-1

14 febrero, 2021

Minas de oro en Venezuela: matanzas, miseria e impunidad

En un país que se hunde, a muchos venezolanos no les queda otra opción que trabajar en las minas de oro. Matanzas, miseria e impunidad definen este lugar regido, dicen los lugareños, por «la ley del oro y el plomo». Venezuela, descenso al infierno… Por Fernando Goitia / Fotografías: Ignacio Marín

 

Minas de oro en Venezuela: descenso al infierno

Amputación o bala

Bajo las mafias, el robo se castiga con amputación o disparos en las manos, como le ocurrió a este hombre. Asesinatos, desapariciones y el hallazgo de fosas comunes son habituales en una región que desde 2016 ha vivido no menos de 12 masacres. Hace poco, una cabeza humana apareció dentro de una bolsa en la plaza central de El Callao, al sudeste de Caracas, junto a un escrito que advertía de que los ‘tributos’ «deben pagarse en oro los días 15 y 30 de cada mes».

Minas de oro en Venezuela: descenso al infierno

El gobierno ‘está en el ajo’

La Policía identifica a miembros de un ‘sindicato’. A pesar de la imagen, muchos de estos grupos controlan las minas de oro con la aprobación del Gobierno y gozan de impunidad. Testimonios recogidos por Human Rights Watch revelan pagos a agentes y presencia de altos funcionarios en las explotaciones, lo que ha llevado al opositor Juan Guaidó a solicitar a la UE que vete el oro de la minería informal porque, argumenta, «financia el ‘paraestado’ del presidente Maduro».

Minas de oro en Venezuela: descenso al infierno

Topo y carnicero

Anaís Montilla perdió a tres de sus hijos en una masacre en marzo de 2016, cuando 28 personas fueron asesinadas en el interior de una mina por el ‘sindicato’ de El Topo. La sola mención de su líder, exparamilitar en Colombia, provoca escalofríos en los lugareños. Dicen de él que trocea cadáveres con motosierra y echa los pedazos a los cerdos. Los cuerpos de los hijos de Anaís fueron transportados en camión, derramando sangre por la carretera, sin que nadie se atreviera a detenerlo.

Minas de oro en Venezuela: descenso al infierno

La fiebre del oro

Venezuela no vive solo del petróleo. Es también la cuarta mayor reserva mundial de oro, además de contar con diamantes, níquel, cobre, coltán… El Arco Minero del Orinoco es el epicentro de la producción, incentivada por el presidente Nicolás Maduro desde 2016 ante la debacle económica de su país. Los 40.000 mineros que había en 2012 -un año después de que Hugo Chávez nacionalizara las minas- son hoy cerca de medio millón, entre hombres, mujeres y niños.

Minas de oro en Venezuela: descenso al infierno

Más rentable que la coca

Los mineros con menos recursos trabajan de manera medieval, como este grupo a cuya veta descienden sin protección. La mayoría, sin embargo, usa máquinas, motobombas y mercurio, que deforestan y contaminan. Hay unos 1800 pozos en la Amazonia venezolana. A estas precarias condiciones, se une el terror impuesto por los ‘sindicatos’, grupos armados que disputan cada filón con las guerrillas del ELN y disidentes de las FARC. Según la inteligencia colombiana, para estos grupos la minería ilegal de oro ya es más rentable que la coca.

Minas de oro en Venezuela: descenso al infierno

Oro de sangre

En un país donde el salario mínimo no supera los 3,35 euros, un gramo de oro, a 45, es un tesoro. O, más bien, podría serlo si los mineros no tuvieran que pagar al correspondiente ‘sindicato’ el 80 por ciento de lo que extraen. Se trata de oro que, en su mayor parte, escapa al control del Banco Central, ya que sale ilegalmente hacia Miami, Turquía, Emiratos Árabes o Suiza. Human Rights Watch ya habla de ‘oro de sangre’.

Minas de oro en Venezuela: matanzas, miseria e impunidad

21 enero, 2021

Presentacion del libro A la Vera del Camino, de José Javier Souto, el Lunes 16 de Diciembre en el CIDAN de Laviana

A la vera del camino nos sumerge en la profundidad del valle. Con sus versos surgen recuerdos de vida y de muerte, de tradición, de ritos, de antiguos cánticos con sabor a sidra. El sonido de la gaita, las sonrisas de la romería, las miles de memorias grabadas en piedra y tierra. Nace ante nosotros el testimonio de la Asturias más profunda, esa Asturias verde de las leyendas donde los montes charlan.

José Javier Souto Fernández (Güeria de Urbiés, 1961) sufre un grave accidente de trabajo a los 24 años cuando quedó sepultado en la mina. Del mismo le quedan un abanico de secuelas: las lecturas se le olvidan, las palabras se le escapan y los dolores se multiplican. Sumido en una fase casi depresiva, encuentra de nuevo la luz a través de su hija Rocío quien le introduce en el mundo de las letras. Es en ese espacio donde, puede tocar con sus dedos el mundo de las palabras, las que están y las que ha olvidado, donde de una manera tranquila puede ser él mismo, romper sus propios límites y hacer disfrutar a sus lectores.

Tiene publicadas las siguientes obras: Comparte publicaciones con otros escritores en: Certamen literario Navidad 99 de cajAstur, Noche soñada y Melodía de colores de centro de estudios Poéticos, Cuentos y reencuentros de editorial LARIA, Poemas de amor III antología, Relatos y cuentos en el VII concurso libros Mablaz En el año 2012 publica Sendas de pueblo, caminos de mina, senderos de mar (poemario en castellano y asturiano) de editorial Osiris. Premio internacional de relatos: Mil palabras, El escritor – siendo seleccionado como finalista y publicado por Ediciones JavIsa23. En el año 2014 publica Sombras eternas amainan en tu regazo (poemario en castellano y asturiano) editorial Libros Mablaz. En el año 2016 publica De la vida, de la muerte, del amor de editorial Camelot. En 2017 publica Colibrí (poemario en castellano y asturiano) editorial Libros Mablaz. En 2017 publica Palabras para un rostro (poemario en castellano y asturiano) editorial Camelot.

 

 

12 diciembre, 2019

La Universidad rinde homenaje al docente y estudioso Luis Jesús Llaneza, y pone su nombre a un aula del campus de Barredo.

 

El salón de grados de la Escuela Politécnica de Mieres ya tiene nombre, el de Luis Jesús Llaneza. En la placa se puede leer que es «en reconocimiento a su intensa actividad docente y su labor de recopilación de la historia de la escuela desde sus orígenes, así como su extensa actividad profesional y su implicación en el desarrollo de cuantiosas actividades culturales en ámbitos muy diversos». Fue un acto en el que el docente, acompañado de su familia y amigos, agradeció humildemente el homenaje y en el que aprovechó para mostrar su lado más reivindicativo. «Con el acceso a los fondos mineros, Mieres apostó por la educación, el conocimiento y la cultura como el camino más adecuado para afrontar su futuro e invirtió la práctica totalidad de su participación de dichos fondos, en unas instalaciones modélicas que la universidad asturiana aceptó, con la contrapartida de darles vida y contenido. Señor rector, la promesa de sus antecesores sigue en pie; le rogamos, es clamor popular, que en los órganos pertinentes inste para que la solidaridad que el pueblo mierense ha tenido siempre con el resto de Asturias, tenga ahora justa correspondencia cuando el concejo lo necesita», afirmó.

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A su lado, en la mesa, se encontraba la directora del centro, Asun Cámara; el alcalde del municipio, Aníbal Vázquez; el propio rector para quien iban dirigidas esas palabras, Santiago García Granda; la directora general de en funciones de Minería y Energía, Belarmina Díaz; y el decano del Colegio de Graduados e Ingenieros Técnicos de Minas y Energía del Principado, José Augusto Suárez, entidad de la que partió la idea de realizar este homenaje.

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«Mieres siempre ha considerado a la Escuela de Minas como un ente propio, enraizado en su propia esencia. En consecuencia, ha mantenido en todo momento una postura generosa con la entidad, cubriendo sus necesidades siempre que fue necesario», señalaba Llaneza. Facultativos de Minas, químico y catedrático en Matemáticas, es una persona muy recordada y valorada por su labor docente y por haber estudiado la enseñanza en Minas desde que en 1855 se abría la Escuela de Capataces en el concejo, germen de la actual Politécnica. El rector, por su parte, destacó que se trata reconocer la labor «de quienes construyeron esto».

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Texto – Alex Fuente / El Comercio

www.elcomercio.es/asturias/cuencas/luis-jesus-llaneza-20190530002230-ntvo.html

 

31 mayo, 2019

El historiador, Guillermo Fernandez Lorenzo, presentó en Moreda su decimosexto libro dedicado al sector minero, titulado “Los tres primeros pozos mineros en Aller”

“Me vuelco en la investigación de esta materia porque, de seguir así, nuestros nietos no sabrán qué es una mina”, manifestó Guillermo Fernández Lorenzo, en la presentación de su decimosexta publicación, “Los tres primeros pozos mineros en Aller”, una monografía que ve la luz gracias al patrocinio del Bar González de Nembra.

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El autor estuvo arropado por el Colegio de Graduados e Ingenieros Técnicos de Minas y Energía del Principado de Asturias, representado por su decano, José Augusto Suárez, en una mesa cien por cien allerana. El acto, celebrado en el Centro Cultural de Moreda, contó con la colaboración del Ayuntamiento de Aller y el Club LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas, y fue presentado por Amparo Fernández-Miranda.

En primer lugar, Jesús Fernández, autor del prólogo, destacó que “la obra recoge la transición de la primitiva minería de montaña a la de profundidad, a través de un minucioso estudio de documentación complementado con un archivo fotográfico”. “Un compendio de los tres primeros pozos, San Antonio, San Jorge y Santiago, hoy sin producción”, añadió Fernández.

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A continuación, Guillermo Fernández Lorenzo reconoció que la suya es “una historia con minúsculas, realizada por alguien que no es un literato y que se limita a recopilar y transcribir la documentación y los testimonios que encuentro”. “Agradeceré la crítica, sea la que sea, pues de ella siempre se aprende”, apostilló el autor.

José Augusto Suárez, recordó sus tiempos de infancia, vinculados a los pozos mineros estudiados y la actividad social en torno a ellos. “No se concebía la vida sin el carbón”, señaló Suárez, que reconoció los 54 años de vinculación de Fernández Lorenzo con el colegio profesional que representa. “Rigor histórico, detalle y descripción del contexto: estamos ante un libro necesario para entender el pasado minero”, concluyó el decano, animando a la recuperación de la memoria de los profesionales que contribuyeron al éxito fabril y minero de esta tierra.

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La directora general de Minas y Energía del Principado de Asturias, María Belarmina Díaz Aguado, describió el avance técnico que supuso la introducción de la minería vertical, que conllevó la concentración de actividad y servicios. “Las cuencas pagaron un alto precio por el progreso, hay que mantener vivo el recuerdo de todo lo que se dio aquí”, aseveró y se mostró nostálgica al ver los pozos inactivos y esperanzada por las posibilidades que ofrece la investigación sobre las energías renovables y la geotermia.

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“Es tiempo de recoger la experiencia de los años y mirar al futuro como hicieron en su tiempo nuestros antecesores”, finalizó la directora María Belarmina Díaz.

Texto – Ricardo V. Montoto / LNE  

https://www.lne.es/cuencas/2019/03/02/fernandez-nietos-sabran-mina/2434950.html

2 marzo, 2019

Ya esta aquí, Tierra Negra. Minas y mineros. Volumen 2

Nueva entrega de Tierra Negra, una obra que lleva camino de convertirse en una auténtica enciclopedia visual en la que se encierran los últimos treinta años de historia de las comarcas mineras asturianas, de las españolas y, también, de las europeas, territorios carboneros que comparten hilo vital, tronco argumental y tono fotográfico.

De ello dan prueba las imágenes de las próximas páginas. Firmadas por los fotógrafos Eduardo Urdangaray (Mieres, 1969) y Ramón Jiménez (Langreo, 1962), vienen a sumarse a las que conformaron la primera entrega de Tierra Negra para dar, si cabe, mayor profundidad y trascendencia al trabajo de estos dos profesionales del fotoperiodismo.

Para los que se acerquen por primera vez al trabajo de Eduardo Urdangaray y Ramón Jiménez, decirles que Ramón y Eduardo han publicado el grueso de su producción en los diarios regionales La Voz de Asturias y La Nueva España, labor que compaginaron durante años con trabajos en revistas como Europa Minera, Montepío de la Minería o la publicación institucional de Unión Española de Explosivos. Fruto de su labor profesional, han disparado sus cámaras miles y miles de veces, siempre o casi siempre con la mina como telón de fondo, como elemento unificador que integra y da sentido al paisaje, el paisanaje y la historia que los une, en ocasiones, que los atenaza. Pozos mineros, huelgas, accidentes, asambleas, manifestaciones… Esfuerzo, dolor, rabia, orgullo… Todo visto a través de sus cámaras, ante las cuales, las comarcas mineras parecen un microorganismo observado por un microscopio.

Tras emprender caminos diferentes -Eduardo Urdangaray puso en marcha Archivo Histórico Minero, donde pretende generar el mayor fondo fotográfico del mundo de temática minera e industrial; y Ramón Jiménez optó por las nuevas tecnologías aplicadas a la fotografía, imágenes 360 y desarrollos web, convirtiéndose en fotógrafo autorizado de Google para el programa Street View en España- se han vuelto a unir para dar vida de nuevo a su trabajo como fotoperiodistas en el proyecto Tierra Negra.

128 - Mineros del Pozo Pumarabule. Siero. Asturias 199 - BN

Son imágenes históricas de las comarcas mineras seleccionadas entre las más de treinta mil que componen su trabajo. Elegirlas, decidir, ha sido muy difícil. Algo así como aplicar cirugía a lo social. Por su contenido, Tierra Negra supone un hito en las exposiciones fotográficas sobre las comarcas mineras. Nunca antes se ha podido ver una muestra con base tan amplia y tan ambiciosa a la hora de abordar la realidad de las comarcas mineras del carbón. Las fotografías hablan de la minería de Asturias, León, Palencia, Teruel o, también, de territorios carboneros de Alemania, Francia, Polonia o la República Checa. Todo Tierra Negra.

La segunda entrega del trabajo supone un nuevo paseo por las últimas tres décadas de historia de los territorios mineros, un paseo privilegiado en el que el “lector-espectador” se sentirá protagonista y agradecido por conocer de primera mano los eventos que han marcado su propia historia. Posiblemente, los conocía pero, casi seguro, que nunca los ha visto así: con el tiempo detenido y la perspectiva que da la primera fila.

Pese a que el “visitante” que haga la ruta encontrará todo tipo de imágenes: desde pozos mineros en explotación, minas de montaña, minas a cielo abierto, distintas labores mineras, retratos humanos, grupos de mineros saliendo de la jaula, asambleas, instalaciones industriales y la tragedia, siempre protagonista en la historia de las comarcas mineras, en este capítulo destacan las imágenes de movilizaciones, huelgas y protestas laborales, junto con la tragedia que significaron los grandes accidentes de mediados de los noventa.

200 - Venta ambulante de Carbon. Langreo. Asturias 1995 - BN

La historia de la reconversión minera en las comarcas mineras es una historia de conflicto. Los ajustes laborales o los planes de reactivación se alumbraron periódicamente en unos procesos de negociación en los que la movilización obrera jugó un papel protagonista. Encierros en explotaciones mineras, como el que tuvo lugar a principios de los noventa en el pozo Barredo, cortes de carretera, protestas ante los responsables políticos fueron muchas veces el arma negociadora de los trabajadores.

Cumpliendo, como venía siendo tradicional desde hacía más de dos siglos, el sector volvió a darse de nuevo de bruces con la política a principios de los noventa. Igual que cuando los aranceles, el proteccionismo, las guerras o la nacionalización, la política llegaba de nuevo para dar un giro al sector. En esta ocasión venía de Europa.

59 - Funeral de varios de los mineros fallecidos en el accidente del Pozo Nicolasa. Mieres. Asturias 1995 - BN

España había entrado en la Unión Europea en 1985 y el mercado único impuso normas globales. En esta ocasión la ruta se llamó reconversión, algo que en los territorios mineros ya se conocía bien tras haber vivido la siderúrgica. El rechazo, la oposición, fue la respuesta elegida. Se impuso el camino peo no el destino. Sin embargo, ese aspecto, el de aquello que era el principio pero también el fin, no se quiso ver hasta que la realidad nos estalló justo en la cara. Utilizando la imagen que popularizaron los protagonistas de “La aldea perdida” de Armando Palacio Valdés, la metáfora de la ola del mar, puede decirse que la ola que trajo la industrialización regresaba ahora al mar llevándose buena parte de lo que había traído.

La reconversión vino con una nueva transformación social bajo el brazo. Aparecen los prejubilados, una nueva clase social con alto poder adquisitivo y mucho tiempo libre que constituía un logro de la negociación y la protesta porque se evitaba el despeñamiento inmediato de los niveles de renta. Se amortiguaba el efecto aunque a la larga parecía que simplemente se difería. Sin embargo, el ajuste de actividad acabó generando un tapón para la incorporación de los jóvenes al trabajo y alentando la pérdida de población tanto por los movimientos migratorios como por los movimientos demográficos naturales: natalidad y mortalidad.

248 - Monumento minero. Lievin. Francia 1995 - BN

Las ayudas pactadas para formación y para regeneración urbanística e infraestructuras -todo hay que decirlo, muy ambiciosas- apenas sirvieron, sin embargo, para mitigar la crisis que provocó el declive minero. Igual sucedió con las ayudas para regenerar el tejido industrial y económico, y con los esfuerzos de las empresas en la diversificación. Se aplicaron de forma idéntica a la que se llevó a cabo en países como Alemania, pero España y mucho menos Asturias no tenían la misma fortaleza que el Ruhr, en pleno corazón de la locomotora económica europea.

Crece el paro, especialmente el desempleo juvenil, y caen los índices de riqueza que normalmente aupaban a los municipios mineros a situarse en las clasificaciones estadísticas entre los de más renta. Por si fuera poco, los accidentes, especialmente graves los primeros años de la reconversión, agravaban la sensación de dolor, de rabia, de maltrato entre los mineros. ¿Cómo no pueden reconocer mi trabajo si estamos dejando la vida? Todas estas sensaciones estallaban periódicamente en las movilizaciones.

195 - Marcelino Camacho en el Pozo Candin. Langreo. Asturias 1996 - BN

Paulatinamente, y aunque se logran entreabrir otras puertas hacia las nuevas energías o el aprovechamiento del patrimonio, la tónica general fue la crisis crónica. El territorio se encontraba con que lo que el carbón le había dado, el carbón se lo quitaba, y que su esfuerzo por reconvertirse no era suficiente para lograr un sustitutivo de la que fue la gran industria carbonera de España. Los últimos pozos activos, los espacios reconvertidos para otros usos industriales, el esfuerzo en materia de seguridad minera, el nacimiento de las actividades postmineras, la regeneración del entorno, las nuevas empresas localizadas o las instalaciones catalogadas por su valor cultural son ahora los protagonistas, unos ejes que las comarcas mineras quieren emplear para levantar un proyecto social y económico complementario que permita a los territorios mineros optar a regenerarse y adaptarse. Si se fijan atentamente, esa es la historia que cuentan estas fotos.

154 - Jose Manuel Suarez. Lavadero de carbon de El Batan. Mieres. Asturias 1997 - BN

60 - Traslado al hospital de un minero herido en accidente laboral. Pozo Soton. San Martin del Rey Aurelio. Asturias 1993 . - BN

31 - Incendio de un camion de Obras Publicas por los trabajadores despedidos de la empresa Duro-Felguera. Langreo. Asturias 1993.tif - BN

40 - Barricada de neumaticos a la puerta de las oficinas de Duro-Felguera , en protesta por los despidos en la empresa. Langreo. Asturias 1990 - BN

41 - Homenaje al minero atropellado en la A-66, Lorenzo Gallardo Carro, durante las movilizaciones mineras. Ujo. Asturias 1998 - BN

Texto – Enrique Mencia

Fotos – Edurdo Urdangaray / Ramon Jimenez

26 noviembre, 2018

113 NUMEROS PARA CONSULTA DE LA MINERIA. PERIODICO INDUSTRIAL Y MERCANTIL, COMPLEMENTARIO DE LA REVISTA MINERA. 1872-1874 EN LA BIBLIOTECA NACIONAL.

http://hemerotecadigital.bne.es/details.vm?lang=es&q=id:0003963345

 

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Subtitulado como ‘periódico industrial y mercantil, complementario de la Revista minera’, es una publicación suplementaria que se tira aparte de esta, cuatro veces al mes, con numeración propia y cuatro páginas por número, aunque algunos de estos tienen sólo dos páginas, al editarse otras dos bajo el epígrafe “Sección administrativa”. Su director y propietario es Ignacio Gómez de Salazar.

A través de la excelente colección digital de nuestra Biblioteca Nacional, se pueden consultar, e incluso descargar online, 113 números de los años 1872 a 1874.

 Su objeto es el fomento y desarrollo de la industria minera española y está dividida en secciones fijas. La primera, la doctrinal, que da cobijo a artículos de fondo sobre esta actividad industrial y mercantil, sus técnicas y ciencias y legislación, etc. Le siguen la mercantil, sobre los precios de los metales y otras materias primas en los mercados internacionales; la industrial, sobre descripción de las diferentes sustancias minerales y otros productos químicos y materias primas, como el petróleo; la dedicada al mercado minero español y sus cotizaciones; otra destinada a las diferentes sociedades mercantiles de extracción, fundición y comercialización; la referente a legislación, así como la de variedades y revista de prensa, la bibliográfica y la de anuncios, con informaciones sobre maquinaria, transporte, subastas de sociedades y actividad profesional de los ingenieros, etc.

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24 noviembre, 2015